Vintage Collection: ECW One Night Stand 2005
- Yago Bello

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El día que WWE resucitó ECW para una noche extrema

Extreme Championship Wrestling fue una promoción de Philadelphia que ganó popularidad entre los fanáticos adolescentes y adultos a finales de los 90 y principios de los 2000 gracias a su estilo crudo, lenguaje soez, contenido sexual explícito y, sobre todo, violencia extrema y sangre por doquier.
En el año 2001, la antigua WWF (ahora WWE) adquirió tanto WCW (World Championship Wrestling) como los derechos de la promoción que hoy nos atañe, ECW. Ambas fueron adquisiciones relativamente baratas para el imperio McMahon; así, Vince mataba dos pájaros de un tiro: acababa por completo con sus máximas competencias y, además, se aseguraba de enterrarlas para siempre al comprarlas.
Una vez más, Vincent Kennedy McMahon había ganado la batalla. La Era de la Actitud ya había pasado a mejor vida y la nueva era, la Ruthless Aggression, acababa de comenzar tras WrestleMania 17 (2001). Fueron años de cambio para WWE, no solo en su nombre y logotipo, sino también en el enfoque de su producto y, sobre todo, en su plantilla de luchadores. Las viejas glorias como The Rock y Stone Cold Steve Austin ya estaban con un pie fuera de la empresa. Era hora de abrir camino a la siguiente generación de luchadores que, como en mi caso, marcaron la infancia de muchos. Batista, John Cena, Rey Mysterio, Edge, Randy Orton… Todos son nombres que ahora nos suenan a leyendas, pero en aquel entonces eran novatos que intentaban hacerse un hueco en la programación semanal de WWE.
Llegó el año 2004. Los DVD ya habían dejado fuera de juego a los antiguos VHS y todo el mundo esperaba cada mes, ansioso, hacerse con el nuevo disco de WWE. Fue justo ese mismo año cuando WWE Home Video produjo y distribuyó el DVD que, a día de hoy, sigue siendo el más vendido en la historia de la empresa de Stamford. The Rise and Fall of ECW es un documental escrito por el mismísimo Paul Heyman en el que, durante más de seis horas, se repasa la historia entera de la extinta promoción extrema.
El metraje fue tan bien recibido por el público que Vince McMahon vio una oportunidad de oro para hacer dinero. En junio del año 2005 —más concretamente el domingo 12—, junto a los llamados ECW Originals, WWE presentó uno de sus mejores Pay-Per-Views de la historia. Con una asistencia de 2.500 personas, WWE consiguió vender todas las entradas con mucha facilidad para abarrotar el Hammerstein Ballroom de Manhattan. Fueron siete las luchas que el público neoyorquino pudo disfrutar durante esa velada de acción incesante, violencia gráfica y fan service en toda regla. El tema oficial del show fue el legendario “Bodies”, de la banda Drowning Pool.
La mayoría de las contiendas no superaron los diez minutos de duración, pero eso no supuso ningún problema. Al fin y al cabo, todo el show estaba construido, desde los cimientos hasta el tejado, para reavivar la empresa que se daba por muerta desde hacía cuatro años. Los fanáticos de ECW, que siempre se han caracterizado por ser muy ruidosos, apasionados y extravagantes, quedaron encantados con la exhibición de brutalidad que se vivió esa noche de domingo. WWE se hizo con los servicios de antiguos luchadores de la promoción de Philadelphia, nombres como Lance Storm, Sabu, Mike Awesome, Super Crazy y Tajiri, al igual que luchadores de la propia compañía de los McMahon. Ambos rosters se vieron las caras en un ambiente al que ni las superestrellas ni los fanáticos de WWE estaban acostumbrados.
ECW en lo más alto

El espectáculo dio inicio con el legendario comentarista de la promoción extrema, Joey Styles. Este dio la bienvenida a todos los asistentes y a los miles que habían sintonizado a través del PPV por todo el mundo. Tras unas emotivas palabras, Styles presentó a su compañero de esa noche en la mesa de comentaristas: otra leyenda de las luchas hardcore, Mick Foley.
Con el público dejándose la garganta coreando las siglas E-C-W, el combate de apertura vio un duelo de canadienses entre Lance Storm, acompañado por Dawn Marie, y “Lionheart” Chris Jericho. Ambos brindaron una contienda entretenida, llena de movimientos ágiles y técnicos. Al final, y con ayuda de Justin Credible y un palo de kendo, Lance Storm venció a Chris Jericho por cuenta de tres. The Impact Players celebraban con Dawn Marie dejando a Jericho tendido en la lona.
A continuación, y tras un vídeo tributo a aquellos luchadores extremos fallecidos con anterioridad, se nos presentaba la siguiente batalla. Esta iba a ser un combate de tres entre Yoshihiro Tajiri, Super Crazy y Little Guido, acompañado este último por sus colegas del FBI. Fue una lucha muy disfrutable y frenética. Little Guido fue el primer eliminado, quedando el mexicano y el japonés como los dos últimos. Al final, y tras una gran serie de spots, Super Crazy derrotó a Tajiri. Durante la lucha hubo interferencias de Sinister Minister y Mikey Whipwreck, otras leyendas de la lucha violenta. También fue destacable cuando Super Crazy saltó desde lo alto de uno de los balcones de la arena hacia sus oponentes.
Tras esta contienda vino un combate de altos vuelos: Psicosis se enfrentaba a Rey Mysterio Jr. Ambos fueron, de la mano de Paul Heyman, quienes introdujeron la lucha libre mexicana en Estados Unidos, comenzando por ECW. A finales del siglo pasado, los fanáticos extremos de la empresa de Pennsylvania no estaban familiarizados con las acrobacias propias de la lucha mexicana, pero, tras una serie de exhibiciones impresionantes, todos acabaron aplaudiendo a los enmascarados. Este combate del año 2005 quería rememorar la entrada de este estilo de lucha en el país mediante un reencuentro entre sus dos exponentes máximos en aquel momento. La pelea fue rapidísima, llena de acrobacias y vuelos increíbles que dejaron al público queriendo más. Al final, tras un 619, Mysterio se llevó la victoria con un West Coast Pop marca de la casa.
Al concluir la lucha, los anti-ECW de SmackDown llegaron a las instalaciones para acomodarse en uno de los palcos laterales. Tras un cruce de palabras no muy agradables entre los luchadores de SmackDown y el público del Hammerstein Ballroom, Rob Van Dam y su mánager Bill Alfonso interrumpieron a las estrellas de la marca azul para dirigirse a los fanáticos. RVD estaba lesionado, por lo que expresó su malestar por no poder competir en una noche que, para él, era incluso más importante que WrestleMania. Al final, Rhyno aplicó un Gore sobre Mr. PPV. Pero esto no acabó ahí, ya que Sabu, excompañero de Rob Van Dam, acudió en su ayuda. Se pactó un combate improvisado entre Sabu y Rhyno. En los compases finales, tanto RVD como Sabu se encargaron de Rhyno aplicando un Van Daminator y un Arabian Skullcrusher sobre una mesa para dar al Homicida, Genocida, Suicida la victoria.
Al igual que los chicos de SmackDown, los de la marca roja hicieron su entrada al recinto para sentarse en el otro palco y visualizar el evento. Tras otro recibimiento poco amigable por parte del público, Chris Benoit hizo su entrada para medirse a su mejor amigo Eddie Guerrero. Ambos mantuvieron una lucha técnica que concluyó cuando el Canadian Crippler hizo rendirse a Guerrero con su Crossface.
El combate que continuó con la velada fue un mano a mano entre Mike Awesome y Masato Tanaka. Este último subió al ring con el brazo vendado, dando a entender que no estaba al 100 %. Me atrevería a decir que esta fue la mejor lucha de la noche: un combate con golpes duros y momentos que hicieron gritar a todo el público las siglas E-C-W. Tras una serie de secuencias impresionantes, entre ellas un bombazo de Awesome sobre una mesa en ringside, seguido de un suicide dive, Mike Awesome se llevó la victoria sobre el japonés.

Llegó el momento de recibir al creador de la marca extrema, Paul Heyman. El público mostró de inmediato su aprecio con cánticos afectivos hacia él. El ahora miembro del Salón de la Fama de WWE tomó el micrófono para dedicar unas palabras a los anti-ECW de RAW y SmackDown, centrándose especialmente en Edge y JBL.
Y ahora, sí, era el momento del main event de la noche. The Dudley Boyz se enfrentaron a Tommy Dreamer y The Sandman en un combate por parejas. Este último hizo su mítica entrada por entre el público con la legendaria canción “Enter Sandman” de Metallica. Antes de empezar, a modo de cameo, ingresaron al ring los de la Blue World Order(bWo), así como Kid Kash, Balls Mahoney y Axl Rotten. La tangana se formó y todos comenzaron a pelear hasta que Kid Kash voló desde el cuadrilátero hacia afuera, cayendo sobre todas las leyendas de ECW. Ahora sí, de forma oficial, el combate dio comienzo entre los cuatro luchadores. Hubo absolutamente de todo: sangre, momentos extremos, violencia, fuego… Una oda a lo que alguna vez fue ECW. Al final, los oriundos de Dudleyville se llevaron la victoria mediante un bombazo a Dreamer sobre una mesa en llamas.
Durante la lucha, Francine y Beulah McGillicutty interfirieron para pelearse entre ellas. Spike Dudley también tuvo su momento cuando apareció portando el líquido que posteriormente usarían los Dudley para prender fuego a la mesa.
Antes de que el evento se fuera del aire, los ECW crusaders bajaron de los palcos por invitación de Steve Austin para confrontar a las leyendas extremas en el ring. Todos comenzaron a darse golpes y acabaron sacando del cuadrilátero a los invasores, dejando a Eric Bischoff solo ante los leones. Los luchadores repartieron sus finishers a Bischoff y después lo sacaron del ring para seguir celebrando con cervezas.
IMDb calificó este evento con un 8,6 sobre 10. Con un notable alto —para mí, de cinco estrellas—, fue algo único e innovador, algo que la fanaticada jamás pensó que podría volver a suceder. Fue un bonito tributo a la efímera pero legendaria historia de la federación extrema. El evento tuvo unas ventas de 325.000 compras en PPV, lo cual fue muy positivo para un espectáculo que no contaba con la plantilla principal de WWE. Al alcanzar estos números, y dado que el DVD del evento vendió tan bien, al año siguiente (2006) repetirían con otra edición de One Night Stand en el mismo pabellón.
En conclusión, el evento estaba planificado para servir a los fanáticos más acérrimos de la extinta ECW, pero al final vieron que podían lucrarse enormemente con un producto que se creía muerto y falto de interés.































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