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The Judgment Day manda en Raw

The Judgment Day sigue siendo a Raw lo que The Bloodline a SmackDown. Referencia total y absoluta del programa rojo de WWE junto a Seth Rollins. ¿Qué ocurre? Que los caminos de Rollins y de Judgment Day se han encontrado, con lo cual, todo gira en torno al eje del Campeonato Mundial de los Pesos Pesados de WWE, Seth y a la rivalidad que Finn Bálor y Damian Priest tienen por dilucidar quién es el siguiente en la lista para enfrentarse al campeón.


Las similitudes con la historia de The Bloodline

La historia va de pactos y confianzas. The Judgment Day era una entidad muy potente, pero desde que Damian Priest se convirtiera en el Señor Money in the Bank, los celos han arañado el orgullo de Bálor. Después de acusarse mutuamente de haber fracasado en su intento por hacerse con el campeonato mayor de Raw, era necesaria la intervención de Rhea Ripley para cerrar las grietas por las que estaba entrando el agua en el barco de Judgment Day. La australiana conseguía sacar un pacto de los dos gallos del corral para que ninguno interviniera y causara distracción en el otro a la hora de pelear por el título. Una vuelta a los orígenes de The Judgment Day, con los cuatro unidos para reinar en Raw con mano de hierro. Exactamente igual que decíamos en nuestro artículo sobre The Bloodline hace unos días. Vuelta a las raíces de las cuales brotó el árbol que día de hoy ensombrece Raw.


Ciertamente, todo fue como la seda en la noche de ayer. The Judgment Day venció a los Campeones Mundiales por Parejas, Owens y Zayn, que hacían equipo con Seth Rollins y acababan como imagen victoriosa del cierra del programa en el evento estelar. Tras varias semanas en las que WWE nos ha dejado entrever una posible ruptura del grupo, parece que vuelven a estar unidos en pro de un fin mayor como es destronar a Rollins de su título. Y es cuando volvemos a ver los paralelismos con la historia de The Bloodline. De la misma manera en la que decíamos que WWE nos mostró cómo sería la imagen de una compañía con Jey Uso como Indiscutible Campeón Universal, ahora nos mostraba como sería Raw con la separación del grupo más poderoso del momento en la marca.


Cuando parecía que la tormenta iba a desatarse en el seno de The Judgment Day, todo vuelve a una aparente calma de la que parece que nada bueno puede salir. Una vez se han visto los verdaderos colores tanto de Finn como de Priest, nadie las tiene todas consigo y duermen con un ojo abierto por lo que pueda suceder. Hasta la fecha, era evidente la separación entre Finn y Priest por un lado, intentando dirimir sus diferencias, y la pareja del año en WWE Rhea Ripley y Dominik, quienes sí que parece estar más unidos que nunca. El papel de Dominik Mysterio en toda esta historia está siendo el de pasar desapercibido. No quiere problemas con sus "jefes" pero cuando hay que echar una mano, como la semana pasada cuando ayudó a Priest a que intentara canjear sobre Rollins, no duda en hacerlo aunque le cueste "comerse" un pedrigree. Eso sí, "Dirty Dom" sólo responde ante Ripley, y cada día es más claro que Dom solo le debe lealtad a la Campeona Mundial de Raw.


Muchos caminos, un solo objetivo

¿Objetivo? Ser Campeón Mundial de los Pesos Pesados, ¿Cómo? Venciendo a Seth Rollins. La cuestión es meridianamente clara; el problema viene cuando varios de los miembros del grupo tienen ese mismo objetivo y no están dispuestos a ceder. Finn Bálor y Damian Priest saben que serán ellos los siguientes y saben que el otro podría interponerse, por eso el tema es complejo. Más complejo aún desde el pasado 1 de julio cuando Damian se convirtió en el Señor Money in the Bank, amenazando, no solo a Rollins, sino también a un posible reinado de Finn en el caso de que éste venciera. Por mucho que en la noche del 10 de julio Priest le prometiera a Bálor que nunca lo canjearía contra él, Finn no las tiene todas consigo y podría estar trabajando en una nueva adición para el grupo, un allegado que le facilitaría las cosas en caso de darse el momento, JD McDonaugh, también irlandés y criado luchísticamente en la escuela que Finn Balór tiene a las afueras de Dublín.


Esto no deja de ser más que una suposición, pero es que WWE ha dado pie a ello mostrándonos en algún que otro segmento de entre bastidores como ambos parecían estar negociando algo así como un plan secreto. Quizás sea el puertorriqueño el que "tiene la sartén por el mango" ya que el maletín le facilitaría, y mucho, la tarea, pero hay que reconocer que Bálor es el primero en la fila y lleva siete largos años esperando desde que, como él mismo nos recordó a todos, fuera campeón solo por doce horas al tener que dejar el campeonato vacante por lesión.


Al más puro estilo de "Juego de tronos" con alianzas, traiciones, amagos y un festival de mentiras o medias verdades, The Judgment Day se está adentrando en un territorio en el que nunca le hemos visto desenvolverse y del que no sabemos cómo a salir o proceder. El grupo tiene en su mano la oportunidad de salir reforzado de esta parte de la historia y da la impresión de que están viendo muy cerca la cima de la montaña y de que cada uno quiere adelantarse al otro para llevarse el mérito de haber sido el primero. Sí, será todo el grupo el que lo consigue, pero como ellos dirían: "Gracias a mí". Como solemos decir habitualmente en las últimas fechas, y esto es buena señal, estamos en un buen momento en WWE en lo que a la narrativa de las historias se refiere. Todo ello, claro está, aderezado por unas Superestrellas que están dando lo mejor de sí, tanto dentro como fuera del ring. Son consistentes, fiables y leales a una cúpula directiva que les está dando la gran oportunidad de sus vidas, y ellos no están dispuestos a dejarla pasar.


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