WWE: La acción de Charlotte Flair nos enseña por qué a los árbitros hay que respetarlos
La figura de un árbitro dentro de cualquier deporte es una figura de autoridad y respeto. Independientemente cual sea el deporte, el árbitro se tiene que respetar ya que su función es velar por la integridad de las reglas. En la lucha libre no es excepción. El árbitro está ahí para contar 1,2,3 y velar por el bienestar de los competidores. Faltarles el respeto e incluso atacarlos tiene un peso fuerte en cualquier deporte y Charlotte Flair descubrió eso anoche en Monday Night Raw.
Una de las luchadoras más influyentes dentro de la división femenina de WWE sin duda alguna lo es Charlotte Flair, quien regresó a Raw la semana pasada luego de varias semanas inactiva. Flair considera que le fue robada su oportunidad titular en WrestleMania cual Rhea Ripley aprovechó al máximo. Esta semana, Flair y Asuka se enfrentaron en el evento estelar en donde la ganadora estaría posicionándose para ser la primera retadora al Campeonato Femenino de Raw el cual está sobre los hombros de Rhea Ripley.
Una lucha bastante pareja hasta que Ripley decidió intervenir y logró distraer a Flair logrando que Asuka se llevara la victoria. Charlotte estaba "como agua pa’ chocolate" y decidió desquitarse con el pobre árbitro que solo estaba haciendo su trabajo. El árbitro puertorriqueño Eddie Orengo recibió una paliza por parte de Charlotte hasta que varios otros oficiales tuvieron que entrar y sacar a Flair del cuadrilátero. Eso en mi barrio se llama ser una mala perdedora. ¿Qué consecuencias tendrá que pagar Charlotte Flair? Una multa de $100,000 y una suspensión indefinida.
Definitivamente atacar a un árbitro tiene consecuencias serías y por más coraje que uno tenga, hay que saber aguantarse y no hacer algo estúpido. Esperemos que el boricua Eddie Orengo se mejore y pueda volver al cuadrilátero pronto. Charlotte Flair aprendió que le sale más barato darle un puño a la pared antes de darle un puño a un oficial de la WWE. Esta nueva mentalidad de ella la tiene con los cascos volaos.
