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WrestleMania 38 resalta todo lo estupendo que WWE tiene para ofrecerle a su fanaticada


Por varias semanas, Pat McAfee prometió un WrestleMania "estupendo", pero nada nos había preparado para lo que serían dos noches épicas, mágicas y legendarias. Desde el "último" adios de Undertaker, una nueva campeona femenina de Raw, el regreso de Cody Rhodes, la última lucha en la carrera de 'Stone Cold' Steve Austin y la coronación de un nuevo campeón universal indiscutible, WrestleMania sin duda alguna fue el final y el comienzo de una nueva era en WWE.


La energía y la emoción era palpable desde el momento que pisabas el AT&T Stadium, en donde más de 70,000 fanáticos cada noche se disfrutaron de principio a fin el evento. En cuestión de producción, WWE botó la casa por la ventana, nuevamente, con un inmenso escenario, un juego de luces impecable e impresionante pirotecnia, sin duda alguna, no existe mejor espectáculo visual como el que WWE produce. Durante el transcurso de ambas noches, hubieron múltiples momentos de algarabía entre los presentes, pero ninguno como cuando Cody Rhodes hizo su triunfal regreso a casa.

"Wrestling has more than one royal family". El estadio se quería caer cuándo la música de Cody retumbó por las bocinas y él emergió del suelo para confrontar a Seth “Freakin” Rollins el sábado. Aunque se llevaba rumorando por semanas, aún así fue un momento especial ver a Rhodes hacer su entrada y competir ante Rollins en lo que sin duda fue una lucha de sueño para muchos fanáticos. Rhodes apareció con la misma música, atuendo y apodo con la cuál se presentaba en AEW. Un momento histórico que será recordado para siempre.


The Undertaker pudo despedirse y agradecerle a su fiel fanaticada en ambas noches por sus 32 años de apoyo y reconocimiento. Su discurso en el salón de la fama durante la noche del viernes fue legendario y ver a Mark Calaway pararse sobre la rampa y tomar su más que merecido espacio entre los inmortales de WWE fue un momento que podré contarle a las futuras generaciones.


Pero lo que nadie se esperaba al entrar a WrestleMania, sería que nada más y nada menos que 'Stone Cold' Steve Austin competiría en la última lucha de su carrera. Kevin Owens despertó un lado que llevaba 19 años escondido para Austin, quien no perdió tiempo en aceptar el reto de Owens de una lucha sin reglas para culminar WrestleMania, noche 1. La primera lucha en la ilustre carrera de Austin fue en Dallas y su última lucha fue en Dallas. Por años, la fanaticada le ha pedido a gritos una última lucha y anoche, frente a casa llena, ese deseo se cumplió. Pero eso no fue todo para Stone Cold. Durante el domingo, tuvimos un viaje al pasado y recuerdos del "Attitude Era".

Dos campeonatos en juego, un solo ganador que se convertiría en el nuevo campeón indiscutible de la WWE, Brock Lesnar contra Roman Reigns cumplió todas las expectativas y se dieron hasta por debajo de la lengua en el evento estelar del domingo. El prestigio que estaba en juego, sobre el escenario más grande, hizo que el ambiente alrededor del combate se sintiera especial. Al final de la noche y tal como lo había prometido, Roman Reigns se llevó la victoria con ambos campeonatos sobre sus hombros. Esta victoria termina de solidificar a Roman Reigns como uno de los mejores luchadores de esta generación y de todos los tiempos.


Todo fanático de la lucha libre debería al menos una vez en sus vidas presenciar en vivo la grandeza que es WrestleMania. Ya sea tu primer evento en vivo o tu séptimo, cada uno de ellos será recordado por algún momento único que hará que la experiencia sea memorable. En mi caso personal, este fue mi tercer WrestleMania, pero el primero junto a mi esposa, quien me dejó sordo cuándo vió de cerca a Roman Reigns. Si nunca has ido a un WrestleMania, propóntelo como meta, como sueño, y cuando ese sueño se haga realidad y presencies en vivo un WrestleMania, tu vida cambiará para siempre. Te lo garantizo.

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