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Charlotte Flair regresó a WWE para salvarnos

Charlotte Flair llevaba apartada de la televisión de WWE mucho tiempo, demasiado tiempo y es que te das cuenta de ese tipo de detalles en la manera en la que la fanaticada estalla al verte. Y con Charlotte Flair fue así. Es cuando ves un regreso de esa magnitud y con esa repercusión cuando te planteas muchas cosas: la falta que hacía una Superestrella de referencia en la división femenil, lo necesitada que estaba la fanaticada de esa luz que les guiara o lo bien que le han podido venir los aires de cambio a la propia Charlotte Flair que parecía que había dejado la compañía "por la puerta de atrás" cuando lo que estaba haciendo era acaparar todo el impulso posible para rejuvenecer su personaje.


Nuestro compañero Joel Torres ya lo dijo cuando saltó la noticia en la noche del pasado viernes en SmackDown: "Flair se convierte en campeona por decimocuarta ocasión", algo que no hay que dejar pasar tan a la ligera. Es por ello que vamos a tratar de arrojar un poco de luz a la falta de Superestrellas en la división femenil de WWE y al por qué tenemos que estar agradecidos a Charlotte Flair por salvarnos de tanto sopor.


La Reina ha vuelto. ¡Viva la Reina!


La estrategia de Triple H al mando de WWE ha sido aplaudida por todos desde que el pasado mes de septiembre tomara el "toro por los cuernos" y se enfrentara al mayor reto de su carrera como empresario del entretenimiento deportivo. Pero si algo había que echarle en cara a "The Game" era la falta de referentes en la división femenil de WWE. Sí, teníamos a Becky Lynch que ha regresado de su lesión, pero que no es la misma. "The Man" se encuentra en tierra de nadie buscando a alguien que le quiera, o pueda, dar una buena historia. Es por ello que por eso se está aferrando a la posibilidad de volver a tener una buena rivalidad con Bayley, como vimos en la noche del pasado 2 de enero en Raw. Pero, atención, es que Bayley tampoco es la que solía ser. Lleva "sin sonreír" desde que regresara también de su lesión de rodilla en el pasado SummerSlam del mes de agosto y, a pesar de haber formado una de las escuadras más sólidas de este momento, y actuales campeonas de parejas, Damage Control, no es ni de lejos la sombra de lo que Bayley era. Puede decirse que se necesitan la una a la otra, pero el panorama para ambas, al menos el de finales de 2022 ha sido desolador.


Bianca Belair es una campeona sin alma, y quizás es motivo de su propia grandeza; no hay nadie que pueda con ella, pero ella misma, como personaje está congelada, parada, incrustada en el quiero y no puedo y en la necesidad de encontrar una rival a su altura. No progresa porque no tiene una mano ni una rival de la que pueda aprender para progresar y su gran momento está pasando sin pena ni gloria, quizás a la espera de encontrar el momento para que Rhea Ripley le pase por alto. Y es una lástima que a estas alturas a Rhea se le esté considerando más dentro de la división varonil que de la femenil, ya que en su aventura con The Judgment Day solo se habla de Rhea y Dominik, de Rhea y Akira Tozawa o de Rhea y The O.C.


Si así está la cosa en la marca de bandera de WWE no está mejor en SmackDown. La marca azul se está llenando de regresos o re-fichajes de Triple H como Emma o Tegan Knox a cada cual más intrascendente. Shotzi Blackheart no está al nivel de una Superestrella del elenco principal, Shayna Baszler sigue siendo la figurante más temida y la rival más frágil que puedas tener dentro del ring y Raquel Rodríguez es ese monstruo que te pretender vender y que no acaba de explotar. Y eso por no nombrar a Xia Li, B-Fab, Zelina Vega, etc, etc, etc... Si a esto le sumamos que Liv Morgan ya subió la montaña y va en caída libre nos queda solo la campeona Ronda Rousey, campeona de renombre pero que deja mucho que desear entre las cuerdas. Y eso por no hablar de cuando no está entre ellas y platica libremente sobre el negocio, declaraciones que en más de una ocasión le han granjeado la enemistad de sus compañeras y nos ha hecho plantearnos su verdadero interés por este negocio.

Con la división femenil de WWE cuesta abajo y sin frenos, sólo podía salvarnos Charlotte Flair. La tan criticada en otras veces y Superestrella que sin duda entrará en el Salón de la Fama de WWE, ha sido acusada en multitud de ocasiones de tener lo que tiene por ser hija de quien es y ahora es vista como salvadora por los mismos ojos que la veían como manipuladora. ¿Irónico no? Pues este es el panorama de WWE en el que Flair regresa y en a penas medio minuto vence a una Ronda Rousey que en sus primeros 12 meses en la compañía, allá hasta WrestleMania 35, era intocable y nadie pudo jamás vencerla. ¿Heroicidad? ¿Genialidad? ¿Intereses ocultos? ¿Manipulación? Cada uno es libre de opinar lo que quiera pero es digno de reconocimiento que el Campeonato Femenil de SmackDown está en buenas manos, está en manos de una auténtica Superestrella de WWE que sabe la responsabilidad que eso conlleva y que tiene claro las prioridades dentro y fuera del cuadrilátero. A Charlotte no le hace falta nadie que le marque el camino, el devenir de una lucha; no le hace falta nadie que le guie por las diferentes fases de una historia que concluya con un magnífico combate. Ella es la luz y el camino, ella es la lucha en sí. Ella es una Flair.

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